A lomos de los vientos alisios (18 noviembre 2013)

Pasito Blanco se convierte en uno de los primeros puertos de Gran Canaria en recibir a los navegantes en invierno.
El puerto de Pasito Blanco se hace pequeño estas semanas ante la gran afluencia de embarcaciones que hacen escala cada día para descansar, avituallarse, reparar o poner a punto sus yates y dirigirlos hacia el Caribe. Durante estos meses la ocupación del Puerto roza el 100%, con lo cual están completos sus 388 atraques, que van de los seis a los cuarenta metros de eslora.
Lo más destacado de las últimas temporadas es el aumento de embarcaciones de gran eslora, entre los quince y los treinta metros, cuyos atraques están prácticamente todos reservados con muchos meses de antelación. «Necesitamos ampliar el Puerto para atender las demandas de grandes yates. En primavera e invierno, los puertos de Sur se quedan cortos, pues la capacidad para grandes esloras es insuficiente», afirma Francisco Torres, gerente de Pasito Blanco.
Se hace necesario, por lo tanto, la ampliación del Puerto que ha solicitado Pasito Blanco al Gobierno de Canarias y que aún está a la espera de que sea aprobada. De ampliarse el recinto, Pasito Blanco daría un paso importante en captar este importante sector del negocio náutico, que sin duda repercute de forma positiva en la economía canaria, fuera y dentro del Puerto.
Todos los puertos del Sur de Gran Canaria tienen un lleno similar al de Pasito Blanco. La regata Atlantic Rally Cruise (ARC), que se organiza desde el Puerto de La Luz, es sólo una pequeña muestra de los cientos de yates que cruzan el Atlántico y que eligen diferentes puertos canarios como punto de escala.
Pasito Blanco tiene varios atractivos que lo hacen singular en la oferta náutica de la Isla. Además de los servicios básicos que ofrece cualquier puerto y de tener un precio similar a sus vecinos, está más próximo a la Ciudad y al Aeropuerto, dispone de tres campos de golf en un entorno de tres kilómetros, además de un hospital y de la principal zona turística y de ocio de Meloneras.
Sobresale la calidad de sus aguas, pues desde hace veinte años ha sido galardonado con la bandera azul de la Unión Europea en Medio Ambiente. Cumple de forma rigurosa los requisitos de limpieza, sostenibilidad y servicios. Tiene seguridad, con acceso controlado de vehículos y vigilancia las 24 horas del día, lo cual es una garantía para los usuarios.
Cuenta además con La Punta Yacht Club, en el final del dique exterior, que está abierto al público en otoño, invierno y primavera para disfrutar de un entorno envidiable junto al mar, con todas las facilidades y comodidades que se puede esperar: servicio a pie de hamaca y sombrilla, con un restaurante especializado, solárium y chill-out. En la oferta no faltan las excursiones turísticas a motor y a vela, la pesca deportiva, motos acuáticas, parascending y escuela de buceo, entre otros. (http://www.laprovincia.es/gran-canaria, 16 noviembre 2013)
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