La industria de la náutica debe sacar pecho por su papel inductor del impulso económico de nuestro país, a modo de ejemplo, Marina Port Vell crea 3,1 empleos por cada amarre gestionado
En el último año y medio se nos ha puesto a prueba como sociedad y como industria. Nos hemos enfrentado a situaciones nunca imaginadas y a retos que jamás nos hubiéramos planteado, pero me enorgullece ver cómo el sector de la náutica y concretamente el de los superyates ha demostrado una gran resiliencia y adaptación al cambio. Más allá de los datos que reflejan la robustez del sector -con un aumento de las matriculaciones este año del 12,7% hasta octubre con respecto al 2019- la náutica ha demostrado ser una actividad libre de Covid, no masificada, que ha permitido acercarse al mar de forma segura en un momento en el que disfrutar del aire libre se ha convertido en un anhelo. Considero que la náutica de recreo debe sacar pecho por su papel inductor del impulso económico de nuestro país.