Yo creo que ecologistas somos todos. O al menos lo intentamos, ya sea separando la basura, apagando las luces que nuestros hijos pequeños van dejando encendidas o reciclando envases. Yo misma, cuando paseo por la costa, me dedico a recoger restos de plásticos.
Por esa razón es crucial que cualquier reivindicación medioambiental esté avalada por la credibilidad de sus autores. En la página 4 de esta edición de Gaceta Náutica encontrarán una información que puede poner en entredicho las razones de la denuncia contra el superyate Turama por destruir una héctarea de posidonia en el parque natural de Ses Salines. Opino que el buceador y biólogo Manu San Félix, cuyo trabajo como fotógrafo submarino es de los mejores que conozco, hizo lo correcto al advertir al Consell de Formentera y luego sensibilizar a la opinión pública con las imágenes del destrozo provocado por el Turama. Pero también opino que se equivocó estrepitosamente cuando, muy poco tiempo después, aceptó el trabajo que le ofreció Marina de Formentera por ayudar a ese mismo barco a fondear sobre arena. (Gaceta Náutica, 7 diciembre 2011)
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