La náutica mallorquina no moja. Amarra en seco, que es más barato. Tras dos años de velas plegadas y barcos al pairo, la campaña 2011 comienza con olor a Trafalgar: se masca la derrota. Otra derrota: el año pasado fue el peor que recuerda el sector, con caídas en las reservas de amarres antes del verano de hasta el 30% en puertos como el de Alcúdia. Y para este verano las previsiones no son mejores. Ni en la venta de barcos, ni en el alquiler de yates, ni en la reserva de amarres, ni en la actividad de los astilleros dedicados al mantenimiento, que han vivido su tercer invierno consecutivo de galerna económica y brazos caídos con poco que reparar: si no hay barcos, no los hay para nadie. (Diario de Mallorca, 25 abril 2011)
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