Mallorca aspira a seducir a 400 superyates del Mediterráneo (13 febrero 2014)

La retirada del impuesto de matriculación para barcos de alquiler abre un mercado del que, en el peor de los casos, se esperan 60 millones de facturación anual – La náutica pide más reformas fiscales.
Alberto Magro. Palma «Hasta ahora Balears y la costa española no aparecían en el mapa de los barcos de grandes esloras» (más de 24 metros)», revela la empresaria estadounidense, afincada desde hace 30 años en Mallorca, Patricia Bullock, que no habla en sentido figurado: se refiere a que, literalmente, el catálogo de oferta de servicios para superyates del Mediterráneo Occidental acababa en Francia. España no existe. Ni siquiera la única porción de costa española que contemplan como escala, muy de cuando en vez, los grandes barcos: Balears. «Y si no existes es imposible que compitas», zanja Bullock, que ayer contaba la reveladora anécdota para describir, durante una jornada de trabajo organizada por el Govern en la Cámara de Comercio, el mercado, enorme y hasta ahora olvidado, que se le abre a las islas con la retirada del impuesto de matriculación a los barcos que se dedican al chárter de lujo.

Los datos ofrecidos por la propia Bullock y por otra de las ponentes de ayer, la broker especializada en chárter de gran eslora Marta Iglesias, dan idea del negocio potencial: en el Mediterráneo hay a día de hoy 859 barcos de eslora superior a los 24 metros, y unos 400, la mitad de ellos disponen de bandera europea y, por tanto, son susceptibles de amarrar sus proas de alquiler en las islas. A eso aspira Mallorca, a pasar de la nada casi absoluta a seducir a hasta 400 barcos que se alquilan a un tipo de cliente de lo más suculento, las familias acaudaladas, celebridades y empresarios que contratan por semanas veleros y yates de lujo, que no reparan en gastos cuando llegan a tierra.

Sin contar el presupuesto que destinan a sus restaurantes de vacaciones y a sus compras por los destinos que visitan, el gasto medio que hacen por persona y día en el lugar en el que amarran oscila entre los 331 euros de los navegantes de un barco unos 30 metros y los 491 por persona y día que se funden de media quienes alquilan superyates de 45 metros de eslora, según los cálculos facilitados ayer a su sector por Marta Iglesias.

Así que el potencial es enorme: todo el mercado está por ganar y en él hay cientos de barcos de lujos que mueven a turistas que gastan muchísimo más que cualquier viajero de hotel de cinco estrellas. Y todo sin generar competencia al propio sector hotelero, sino todo lo contrario: «La presencia de este tipo de barcos atrae a la élite económica, hace el destino más atractivo», resume Bullock, que pide por ello que el impuesto de matriculación, una vez eliminado para los chárter, se retire también para los barcos de uso privado. «No tenemos que ir a Brasil, a China o a Estados Unidos a buscar clientes, porque están ya ahí, detrás de ese muro que hemos construido a 12 millas de la costa española», reflexiona Bullock, en referencia al impuesto de matriculación parcialmente retirado hace unos meses y «gracias al Govern balear» (o eso aseguraba ayer, durante la inauguración del evento, el president Bauzá).

Y el sector agradece el esfuerzo y el logro de todos, que abre un mercado enorme en el chárter, pero piden más: quieren que la exención en el impuesto matriculación (un 12% que se suma al 21% de IVA) se extienda a todos los barcos, que se retiren otras cargas que dejan a Balears en desventaja con el resto de la náutica mediterránea, y que se elimine una tasa de navegación (la llamada TO, tasa cero) que acaba de crear el Gobierno Rajoy. «Si lo que arreglamos por un lado lo estropeamos por otro nos quedamos en el mismo sitio», avisa Patrick Reynés, consejero delegado del astillero de STP y gerente de Marina Port de Palma, que afirma que sin impuesto de matriculación Balears puede aspirar a captar el 15% de los superyates.
Negocio para todos:
El propio Reynés ofrece una previsión de facturación para el sector en un escenario conservador: 60,9 millones de euros, que llegarían a los puertos y las 444 empresas que en la isla se dedican a la náutica en todas sus vertientes (desde el suministro a la reparación). Y algo ha empezado a moverse desde que se aprobó la exención en el impuesto para los chárter, confirmaba ayer otro de los ponentes, Antonio Zaforteza, de Port Adriano: «Hay mucho interés por venir a Mallorca. Desde que se anunció [la exención para chárter] han sido constantes los contactos de capitanes. Pero no nos podemos parar en esto, porque queda mucho que hacer. Hoy en día los barcos se mueven mucho y muy rápido». Y si no les gusta lo que ven o los impuestos que les cobran, se van para no volver. Al fin y al cabo, los grandes competidores de la náutica balear hace ya años que descubrieron que es absurdo cobrar peajes en un sitio por el que no hace falta pasar. (http://www.diariodemallorca.es/mallorca/2014/02/13/mallorca-aspira-seducir-400-superyates/910682.html)

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