Hace siete u ocho años en la mayoría de foros náuticos ya se consideraba que el futuro del turismo náutico, en una parte muy importante pasaba por la potenciación de los grandes yates.
Casi todo el mundo está de acuerdo en la afirmación que da título a esta columna, el futuro de la competitividad del turismo náutico en las Islas Baleares pasa por la atracción de grandes yates y sobre todo por hacer a estas islas atractivas para ese segmento de la náutica, evidentemente ello no implica que se descuiden las restantes ramas que lo componen.
Hay algunas de nuestras islas que van un paso por delante de las demás. En ese sentido hay que citar a Ibiza, donde me consta que las marinas que tienen su sede en vila están convencidas de ello. Formentera, es un auténtico imán, para este tipo de turismo pero su problema es que por su tamaño no puede desarrollar infraestructuras y al no disponer de campos de fondeo pensados para los grandes yates estos fondean en distintos puntos, lo cual genera polémica con el gobierno insular y cierto sector de la población. Esa es una cuestión a la que se debería prestar la adecuada atención y diseñar un plan para subsanarlo, evidentemente desde la perspectiva de la sotenibilidad.
En Menorca, la isla de la naturaleza, hay pocas infraestructuras para atraer a este tipo de barcos y no parece que la apuesta del gobierno ni de la población vaya encaminada a este tipo de turismo de grandes yates.
Llegamos a Mallorca, destino ideal para los grandes yates, por lo menos desde el punto de vista teórico, ya que el problema, de nuevo lo encontramos en la falta de infraestructuras suficientes para atraer un gran número de estas embarcaciones. Son pocos los puertos de Mallorca que puedan albergar más de dos o tres yates que superen los 24 metros de eslora.
Este verano pasado, hablando del tema con el armador de un mega yate, me comentaba que le gusta mucho venir a Mallorca, que se encuentra muy bien y vendría más pero no lo hace porque son muy pocos los puertos en los que puede atracar y eso para su comodidad supone un handicap que lo solventa recalando el la Costa Azul o en Cerdeña donde encuentra más puertos para atracar.
No se puede decir que estemos en la línea equivocada, es más el camino emprendido hace ya años, es el bueno y correcto, sin embargo hace falta más decisión y pienso que es necesaria ya una apuesta común de todo el sector por apoyar esta línea de negocio. En mi opinión, todos los habitantes de las islas, sin excepción, se verían beneficiados; incluso aquellos a los que no les agrada la idea.
También hay romper una lanza a favor de quienes han apostando en tiempos duros por esta línea y se han mantenido en ella contra viento y marea, capeando el intenso temporal. Especialmente, es destacable la labor de las empresas de mantenimiento, desde los grandes varaderos a las tapicerías que han ganado a pulso y con su buen trabajo un lugar de preeminencia para estas islas en la industria de los grandes yates.
A esto hay que añadir, el trabajo, a veces incomprendido de la Asociación de Grandes Esloras que con un trabajo constante ha intentado hacer entender la importancia de este nicho de mercado náutico para las islas Baleares.
Evidentemente, ha habido errores, queda mucho por hacer, especialmente porque los grandes yates, en un puerto necesitan de una atención y unas infraestructuras especiales, más parecidas a las de un barco mercante que a las de un barco de recreo y no siempre las podemos proporcionar.
En definitiva y a modo de conclusión, está claro que un yate de estas características gasta alrededor de un 8% de su valor en su mantenimiento anual, a lo que hay que añadir, el volumen de negocio que envuelve a sus propietarios e invitados de estos. Verdaderamente es un volumen de negocio muy considerable que Baleares no está en situación de dejar escapar.
Es necesario aunar esfuerzos, unirse todos, empresas de mantenimiento, puertos, industria auxiliar, Asociación de Grandes Esloras, Administraciones Públicas y todo aquel que pueda aportar a la cuestión para crear una comisión que genere ideas para ayudar a dar a las Islas Baleares el lugar que le corresponde en el mundo de los grandes yates.
(http://www.mallorcadiariodenautica.com, 31 octubre 2013)
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