Ven las nuevas órdenes como un factor «disuasivo» para la llegada de embarcaciones de más de 40 metros de eslora
El nuevo protocolo implantado por la Autoridad Portuaria de Balears (APB) para solicitar el amarre de grandes yates en la parte del muelle de cruceros que se encuentra frente a las oficinas del entre portuario ha provocado quejas entre las empresas consignatarias, que ven las nuevas órdenes un factor «disuasivo» para la llegada de embarcaciones de más de 40 metros de eslora.
Tanto Cardona Trémol como Meliá Vives, las dos grandes agencias consignatarias del puerto de Maó, lamentaban este viernes las nuevas instrucciones, con críticas que se centran principalmente en el farragoso proceso para reservar espacio, la gran antelación con la que hay que hacerlo, un mínimo de siete días, y con las elevadas tasas que se cobran (unos 3.000 euros diarios para un buque de 70 metros) sin ofrecer servicios.