La presión para adoptar soluciones neutrales en carbono está aumentando entre los constructores de superyates, impulsada por la Organización Marítima Internacional (OMI) y las demandas de los defensores del medio ambiente para reducir drásticamente las emisiones de carbono. Con el objetivo de reducir las emisiones de carbono en un 40 por ciento para 2030, los constructores están explorando tres enfoques principales para una propulsión más limpia: celdas de combustible de hidrógeno para yates más pequeños, metanol verde convertido en hidrógeno para embarcaciones más grandes y sistemas de propulsión diésel híbridos como solución interina para ambas categorías.
