Una de las decisiones clave fue abandonar la construcción para centrarse en la reparación y reforma de buques, principalmente de grandes yates. ¿Fue un paso necesario para garantizar
la continuidad de la empresa?
La construcción naval europea pasó por una gran crisis a mediados de los 80, nosotros tomamos la decisión de concentrar nuestra actividad en un mercado más acorde con nuestra localización
y de un gran valor añadido. Fue una decisión dolorosa por la cantidad de puestos de trabajo que se perdieron inicialmente, pero a la larga ha supuesto un gran beneficio para nuevas
oportunidades que han compensado con creces las pérdidas iniciales.