Las grandes fortunas libran una guerra por tener la embarcación más espectacular. Una batalla tecnológica que cada año tiene su particular gala de los Oscar, los World Superyacht Awards, cuya última edición se celebró recientemente en el palacio Ç?ra?an de Estambul.
El principal galardón de la cita, el del superyate del año, fue para un majestuoso barco de 47 metros de largo: el Loretta Anne. Su propietaria es una empresaria canadiense que quería una embarcación única, por lo que contactó con Alloy Yachts, uno de los astilleros más prestigiosos del mundo. Era la tercera vez que la clienta encargaba un yate a la constructora neozelandesa. (Nauta360, 9 mayo 2013)
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